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viernes, 20 de mayo de 2011

LA MEJOR MANERA DE MANTENER UNA INTENGRIDAD ADECUADA




En esta oportunidad quiero hablarles de mi palabra favorita que es, integridad. Siempre he sabido que esta palabra es completa y que implica un gran significado en si misma. La palabra integridad es rectitud, honradez, lealtad y es el mejor sinónimo de intachable. Muchas personas confunden integridad con perfeccionismo y me llama especialmente la atención que el colectivo en general, equivocadamente pretenda extender el alcance y significado del concepto de la integridad con la intención de desnaturalizar el término equiparándolo con el perfeccionismo.

Como consecuencia de esa confusión creada intencionalmente por algunos, la integridad se convierte en un término pasado de moda o en desuso y criticado por el simil que hacen con el perfeccionismo. De manera tal, que el mensaje que recibe la gente en algunos casos está claramente orientado para que perciban la integridad como una limitación y no como una virtud.
Sin embargo la integridad constituye definitivamente el mayor grado de elevación espiritual para el ser humano, la mayor expresión y la más hermosa, del concepto de libertad humana. Sin integridad, se pierde el rumbo individual y colectivo.

Si analizamos la evolución de la sociedad en America Latina, por ejemplo, nos damos cuenta de que muchos liderazgos políticos han carecido de integridad. Estos han reflejado con sus acciones una tendencia de puertas abiertas a todo tipo de conductas contrarias al bienestar de los ciudadanos. El resultado no ha podido ser más desastroso. Con una simple lectura podemos percatarnos de que todo ello se traduce en miseria, pobreza, atraso, injusticia, corrupción, crimen, violencia y el fusilamiento generalizado de todos los valores morales y éticos que la sociedad debe proteger y por ende fortalecer.

Cuando trasladamos esto al núcleo familiar, podemos constatar que los efectos negativos debidos a la carencia del concepto de integridad, son familias disfuncionales con un severo deterioro de las relaciones familiares y del comportamiento de esos actores dentro de sus comunidades. La integridad es primordial, cada persona es responsable de activarla en su vida, y dentro de su entorno social y familiar.

La integridad no se demuestra a medias. O se es integro o no se es. La integridad no sirve solo para "algunas veces". Se pone de manifiesto en toda situación y sobre todo cuando nadie te ve. La integridad es sinceridad y transparencia total, es demostrar cómo es el individuo por dentro y por fuera. La integidad involucra corazón, mente y voluntad. La persona íntegra no se miente a si misma, no engaña a nadie, no tiene temor de ser y de dar lo mejor de sí en todo momento y lugar. En definitiva la persona íntegra demuestra quién es en verdad y con ello determina sus acciones ante el mundo.

La integridad representa la imagen completa del individuo, cuando una persona íntegra habla, sus acciones coinciden con su palabra. Desde este camino querida lectora o lector puedes proyectar tu vida y ver en el horizonte inigualables resultados y la mejor recompensa que cualquier persona puede imaginar: la plena satisfacción de un ser humano a cabalidad.

No te pierdas este camino, sigue las instrucciones de un corazón íntegro, que te llevará en la dirección de pensar y actuar con total integridad.

Hasta la próxima, ¡bendiciones!